¿Cuál es la mejor rutina facial para la piel seca deshidratada?
La sequedad de una piel deshidratada suele derivar en afecciones como rojeces, grietas o eccemas, cuya sintomatología es a menudo incómoda y dolorosa.
Por este motivo, es importante aportar a la piel seca los cuidados diarios necesarios para mantenerla en un buen estado y evitar así este tipo de afecciones. Para ello has de seguir una rutina diaria de cuidados específicos, ayudándote de cremas, lociones o productos nutracéuticos cuyos componentes estén pensados para este tipo de pieles.
Causas de la piel seca deshidratada
Por supuesto, teniendo en cuenta las causas de la piel seca y deshidratada, también puedes reducir e incluso eliminar sus síntomas evitando realizar ciertas acciones que pudieran afectar en este sentido a tu piel.
Existen varias causas a valorar:
- Clima: el clima frío y seco puede deshidratar la piel, ya que reduce la cantidad de humedad en el aire.
- Genética: el tipo de piel es muchas veces hereditario. Si este es el caso, deberás extremar aún más tus cuidados para mantenerla en un estado saludable.
- Baño con agua caliente: tomar baños o duchas con agua caliente puede despojar a la piel de sus aceites naturales, lo que deriva en sequedad.
- Jabones y lociones: algunos productos para el cuidado de la piel, como los jabones y lociones con fragancia o con un contenido alcohólico, pueden resecar la piel.
- Edad: la piel se vuelve más fina y menos elástica con la edad, lo que la hace más propensa a la sequedad.
- Vida sedentaria: no hacer ejercicios físicos, fumar, ingerir grandes cantidades de alcohol y no tener una buena alimentación puede provocar un estado de deshidratación en nuestro cuerpo, afectando a la piel como consecuencia.
La mejor rutina facial para piel seca deshidratada en 4 pasos
Existen tres tipos de piel claramente diferenciados: piel grasa, piel mixta y piel seca. Y para mantener tu piel en un estado óptimo, tendrás que seguir varios pasos a diario (algunos comunes y otros específicos) dependiendo de tu tipo de piel.
A continuación, te listamos los 4 pasos principales que debes seguir para mejorar la apariencia y la salud de la piel seca:
- Limpieza: lava tu rostro con un limpiador suave que no contenga alcohol ni jabón. Puedes utilizar un limpiador específico para piel seca o una crema limpiadora. Y siempre procurando no aplicar fricción en exceso.
- Humectación: después aplica una crema hidratante rica en emolientes y aceites naturales en tu piel mientras todavía está húmeda.
- Utilizar específicos para piel seca: aplica productos específicos para piel seca, como cremas o lociones para el cuerpo, la cara o las manos, dos veces al día para mantener tu piel hidratada.
- Protección solar: recuerda que es importante proteger tu piel de los efectos nocivos del sol durante todo el año. En este caso en concreto, los síntomas asociados con la piel seca pueden aumentar debido a la exposición solar sin protección.
6 tips extra para mejorar el estado de tu piel seca y deshidratada
Como te hemos avanzado antes, además de una rutina diaria adecuada de cuidados para tu piel, para evitar la sequedad y la deshidratación, es importante tener en cuenta las causas y actuar en consecuencia en tu día a día. Basándonos en ello, te dejamos estos 6 tips:
- Alimentación saludable: la dieta también es un factor importante para la salud de la piel. Una dieta equilibrada que incluya frutas y verduras, ricas en vitaminas y antioxidantes, es esencial para mantener una piel saludable e hidratada.
- Evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol: ambos pueden deshidratar el cuerpo y afectar la piel.
- Ejercicio: el ejercicio regular no solo es bueno para la salud general, sino que también ayuda a mejorar la circulación y a mantener la piel hidratada.
- Hidratación: bebe suficiente agua para mantener tu cuerpo hidratado y ayudar a hidratar tu piel desde dentro.
- Evitar baños con agua caliente: utiliza agua tibia o fría en lugar de agua caliente para lavarte la cara o el cuerpo.
- Evitar el uso de productos que pueden resecar la piel: tales como productos con alcohol o con fragancia, así como el uso excesivo de productos con exfoliación.
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