¿Ya regresaste de las vacaciones? Seguro que con la piel bronceada y feliz, pero al segundo que revisamos la lista de quehaceres, y la pila de correos acumulados por nuestra ausencia nos colmamos de ansiedad.
Si este escenario te suena familiar, no queremos preocuparte más, queremos que sepas que no eres el único. Es normal sentir un nivel de estrés o desorientación cuando volvemos de las vacaciones. La exigencia de un ritmo más acelerado causa ansiedad y hasta depresión que pudieran desaparecer “los beneficios” de las vacaciones que acabas de tomar.
A esto se le llama el síndrome del estrés postvacacional y a veces causa que nos arrepintamos del descanso que acabamos de tomar y cuestionarnos si es positivo alejarnos del trabajo por un tiempo.
Este síndrome no es patológico, sino un trastorno adaptativo. La persona que lo sufre tiene síntomas de estrés cuando, al final de un de un descanso más extenso de lo habitual, se ve abrumado por el alto número de demandas que supone la vuelta a la vida laboral.
La causa de esto en ningún momento son las vacaciones, sino el acercamiento que tenemos con ellas. A las vacaciones hay que tratarlas como un tiempo para relajarse, descansar y rejuvenecer y así recargar energías para nuestra vida cotidiana.
La realidad es que el verano ya está por acabarse, y por esto queremos darte unos consejos para que retomes tu rutina de la manera más placentera posible.
1. Planifica tu regreso.
Si es posible planifica llegar a casa uno o dos días antes de que comiencen tus responsabilidades, esto te da la posibilidad de recuperarte del viaje que hayas hecho, desempacar, lavar ropa, hacer diligencias y compartir con la familia.
2. Respeta tu horario.
No pienses que vas a salir de todo lo pendiente el primer día de trabajo. Trabajar mientras almuerzas y quedarte horas extra, solo le dan prioridad al trabajo antes que a tu cuerpo. Sabemos que esto es difícil de evitar pero la actitud de “workaholic” no es nada buena para tu bienestar, así que aprovecha ese primer día para empezar a tener buenos hábitos con respecto al horario.
3. Recuerda lo que extrañabas.
Se supone que las vacaciones son un descanso, y aunque todos queramos, no podemos estar descansando toda la vida. Sin embargo hay quienes logran emocionarse con la vuelta al trabajo. Este es uno de los mejores sentimientos y es importante recordarnos ¿Qué es lo que nos gusta de nuestra rutina? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Qué es lo que más extraño? Tenemos que recordarnos de las cosas que amamos, de nuestro trabajo y de nuestro hogar. La primera semana de trabajo es la mejor para prender todas esas velas que tienes guardadas, quizás encontrar el sitio ideal para el suvenir que hayas comprado o elegir la fotografía que te hiciste para el fondo de pantalla de tu ordenador.
4. Practica el bienestar.
Haz ejercicio, come de manera saludable, haz lo que sea necesario para relajarte en el día a día. Asegúrate de descansar y tener energías para hacerle frente a las situaciones estresantes de las que escapaste al principio del verano. Para esto también te recomendamos Aora Día, que ayuda a reducir tus niveles de estrés, ansiedad, insomnio y depresión entre otros beneficios.
En conclusión, debemos hacer todo lo posible para que el cambio de las vacaciones al trabajo sea lo menos tortuoso y afrontar con una buena actitud la vuelta a la rutina. De esa manera ayudarnos a combatir la desmotivación que supone la “vuelta a la realidad” y así estar planeando antes de que nos demos cuenta, las próximas vacaciones.