
El verano, si bien es una época de disfrute, puede ejercer un daño significativo sobre la piel debido a la radiación ultravioleta (UV), el cloro, el agua salada y los cambios de temperatura. A nivel ocular, la falta de protección también puede resultar muy dañina.
Estos factores generan daño oxidativo, fotoenvejecimiento, deshidratación y alteraciones en la barrera cutánea, afectando la función protectora de la piel y de los ojos.

Es importante establecer una rutina de reparación que permita mitigar estos efectos y prevenir daños crónicos.
1. Hidratación Profunda y Reparación de la piel
El daño solar induce estrés oxidativo y altera la función de la barrera lipídica cutánea, favoreciendo la deshidratación.
Los lípidos epidérmicos son los responsables de fijar la humedad y crear una barrera a la permeabilidad de la piel, ayudando a prevenir la penetración de bacterias y de virus a través de la superficie de la piel.
Para restaurar la hidratación, se recomiendan productos ricos en humectantes como el ácido hialurónico, que retiene moléculas de agua en el estrato córneo. Además, el uso de ceramidas, glicerina y urea ayuda a restaurar la función barrera, esencial para prevenir la pérdida transepidérmica de agua (TEWL). Estudios han demostrado que la combinación de ceramidas y ácido hialurónico mejora la elasticidad cutánea y promueve la regeneración celular.

¡Prueba AORA Antiaging!
2. Exfoliación Controlada para la Renovación Celular
La acumulación de células muertas en la epidermis es una consecuencia del engrosamiento de la piel inducido por la exposición UV. Para fomentar la renovación celular, es importante utilizar exfoliantes suaves que promuevan la descamación sin irritar la piel sensibilizada.
Ingredientes como el ácido láctico y el ácido glicólico, ambos pertenecientes a los alfa-hidroxiácidos (AHAs), son efectivos en la exfoliación química. Estos activos disminuyen la cohesión de los corneocitos y estimulan la síntesis de colágeno, mejorando la textura cutánea.
3. Tratamiento de Hiperpigmentación por Daño Solar
La exposición prolongada a los rayos UV estimula la producción de melanina, lo que puede derivar en hiperpigmentación o manchas solares. El uso de ingredientes despigmentantes como la vitamina C (ácido ascórbico), el ácido kójico y la niacinamida ha demostrado eficacia en la inhibición de la tirosinasa, la enzima clave en la melanogénesis.
La vitamina C actúa como un potente antioxidante, neutralizando los radicales libres generados por la exposición UV y unificando el tono cutáneo. Estudios clínicos han mostrado que el uso de estos activos reduce las manchas oscuras y mejora la luminosidad.
4. Reparación de la Barrera Cutánea con Antioxidantes y Ácidos Grasos
El daño solar puede comprometer la barrera cutánea, que es esencial para la defensa frente a patógenos y la regulación de la hidratación. La incorporación de antioxidantes, como la vitamina E y el resveratrol, protege la piel del daño oxidativo causado por los radicales libres, mejorando la función protectora de la piel. Además, el uso de productos ricos en ácidos grasos esenciales (como el omega-3 y el omega-6) ayuda a reforzar la barrera lipídica, restaurando la integridad de la epidermis y reduciendo la inflamación cutánea.
5. Protección Solar Continua como Medida Preventiva
La radiación UV es la principal causa de fotoenvejecimiento y fotocarcinogénesis. Aunque el verano haya terminado, los rayos UVA y UVB siguen presentes y causan daño acumulativo en la piel. La protección solar con un fotoprotector de amplio espectro (con SPF mínimo de 30) es crucial durante todo el año. Además, algunos estudios sugieren que la incorporación de ingredientes como el óxido de zinc y el dióxido de titanio en los filtros solares físicos ofrece una mayor fotoprotección, minimizando el daño del ADN celular y previniendo el fotoenvejecimiento.
Conclusión
Si recordamos que hay que volver a cuidar la alimentación, retomar la actividad física, recuperar la rutina, y a unos horarios de sueño saludables tras el verano, también tenemos que recordar que la piel después de los excesos del verano requiere un enfoque basado en la ciencia.
El uso de productos que restablecen la hidratación, promueven la renovación celular, ayudan a tratar la hiperpigmentación y reparan la barrera cutánea es esencial para mitigar los efectos del daño solar. Con una rutina adecuada que incluya hidratantes, exfoliantes suaves, despigmentantes y protectores solares, la piel puede recuperar su función óptima y su aspecto saludable.
