Aunque no se puede considerar una enfermedad como tal, sí es cierto que existen ciertos trastornos asociados a la vuelta a la rutina que nos pueden complicar un poco la vida en las primeras semanas de trabajo. Los expertos proponen una serie hábitos que se pueden poner en práctica para prevenir, en gran medida, la aparición de estos síntomas. Gonzalo Peñaranda, director general de Aora Health, anima a abordarlo desde una perspectiva positiva.
– Sentirnos felices por tener trabajo, por abordar nuevos desafíos profesionales.
– Comenzar a prepararnos para el regreso una semana antes adoptando, de forma paulatina, un horario de descanso/vigilia similar al de la rutina laboral o escolar, sobre todo para los niños. No se trata de levantarse a las ocho de la mañana y acostarse a las diez de la noche en la última semana de vacaciones, pero sí intentar acercarnos a las costumbres que tengamos el resto del año.
– Poner en marcha otras rutinas como una alimentación saludable y el ejercicio físico. El retorno a la rutina puede ser más sencillo si se mantiene una dieta sana, rica en vegetales y frutas, así como una buena hidratación. También es importante dedicar todos los días algo de tiempo a realizar ejercicio moderado. La sensación de bienestar aumentará gracias a la generación de endorfinas, un neurotransmisor cuya liberación proporciona una sensación de placer y felicidad, además de permitir conciliar el sueño con más facilidad.